“El piano no es sólo para los ricos”: Ana María Orduz

“El piano no es sólo para los ricos”:
Ana María Orduz

Por: Estefanía Romero [bopspots.com]

Sin importar si te dedicas exclusivamente a la música o no, Ana María Orduz dicta una guía de vida apasionante, a la vez que nos hace repensar el uso de la música, y, más específicamente, el del piano.

Te invito a leer esta entrevista que tuve con la pianista, educadora y artista Yamaha, que nos acompaña desde Colombia…

Estefanía: ¿Cuál es tu principal misión como artista?

Ana María Orduz: Tener la capacidad de conmover. Esa ha sido mi búsqueda artística. He tenido momentos donde me he perdido en paradigmas: si hay que tocar mucho repertorio, muy rápido, muchas cosas; pero yo, lo que más disfruto es poder tocar en cualquier lugar, así sea en la sala de la casa, para una abuelita, una tía, para alguien que no tenga conocimiento, o alguien que tenga muchísimo conocimiento… y tener la capacidad de conmover.

E: ¿Qué otros géneros escuchas, además de la música clásica?

AMO: Me gusta muchísimo la salsa. El rock me acompaña mucho en la adolescencia y en la juventud. El reggaetón, dije: “voy a tratar de escucharlo, sin prejuicios, de entender su estructura, de entender su estética, de entender su propuesta”; me pareció muy sólido, de hecho, muy coherente, muy bien hecho, dentro de los objetivos que lo rigen. Estoy ampliando los horizontes. Llegué joven a Estados Unidos a una ciudad en la que el rap y hip hop eran lo que estaba en todas partes, me resuenan, me identifico, los disfruto, me dan nostalgia.

E: Una de tus misiones es enseñar a toda la gente a escuchar, ¿por qué esto es importante?

A: El lenguaje musical de tantos años, que reúne unas estéticas de siglos, se ha ido transformando con el tiempo; si uno no domina esas particularidades estéticas, se pierde la esencia de cómo entiende uno.

Me refiero a aprender a escuchar en el lenguaje en el que están construidos los sonidos estéticamente; los sonidos se van organizando y, de acuerdo a eso, van teniendo un sentido; por ejemplo, están las palabras que se van organizando en el español, seguramente tú tienes unas que yo no conozco y si tú me empiezas a hablar utilizando sólo esas palabras, yo no te puedo escuchar realmente. Al no poderte escuchar, no me puede transformar, no me puede conmover.

Conmover es la palabra que abre la puerta a transformar, a sentir, a re-pensar, a reflexionar.

E: ¿Cómo describirías la cultura musical en América latina, que está en proceso de transformación? Empezando por Medellín, que es tu base…

AMO: Hay una diversidad muy grande en Medellín. Ha sido centro de creaciones estéticas y producción artística. Hace muchos años se crearon unas disqueras que permitieron el desarrollo de varios géneros, como la salsa, como el porro, porque los músicos venían a grabar, eso permitía que se diversificara la estética de la música en la ciudad.

También se sostuvieron los conservatorios; tenemos dos referentes del piano nacionales y latinoamericanos, que son de la ciudad y que siguen siendo activas en la música: Blanca Oliva y Teresita Gómez; tuvimos un movimiento de rock muy grande en los 90 y los 2000, después tuvimos el punk, el hip hop, eso detona en una ola muy grande de estudios de grabación y una producción muy grande de estudios de reggaetón; aunque los reggaetoneros son de Puerto Rico, vienen a grabar a acá y a Miami.

Tenemos una cultura musical muy amplia. De todas maneras, hay que resaltar que gracias a las plataformas comerciales y a la forma en que se hace difusión de la música comercial, el gran número de consumidores de música se enfocan en un abanico muy limitado de géneros; uno de los retos que tenemos, los artistas y los que estamos en el gremio de la cultura, es ampliar ese abanico estético: que sea normal ir a un barrio tradicional, y que un joven escuche reggaetón, pero más que eso.

Colombia es la capital del reggaetón, representa un movimiento que es grandísimo, porque además tiene una estructura financiada muy sólida… pero también hay joropos, hay pasillos… ¡hay muchos géneros!

E: ¿Qué percepción tienes sobre la participación de las mujeres en la música clásica?

AMO: Es minoritaria, definitivamente. La música fue un adorno para las señoritas elegantes desde 1600-1700. Las mujeres siempre participamos en la música clásica, pero no en el escenario; el escenario era algo masculino, las mujeres estaban tocando en la casa, con su profe de piano, para conseguir un buen marido y después enseñar piano a sus hijos. Antes de 1900 tuvimos varias figuras que salieron, como Clara Schumman, Ana Magdalena Bach, Margarita Mahler, siempre escondidas, al lado de un hombre, muy opacadas, a pesar de que sí existieron.

En 1900 empiezan a salir figuras independientes como Wanda Landowska, Martha Argerich, en su gran presencia escénica y habilidades sorprendentes, que eran inopacables, creo que rompen muchos paradigmas porque lo hacen justo en Viena, que era una capital tan conservadora, machista, todavía en la Orquesta Filarmónica de Viena caben en la mano el número de mujeres que participan en ella. Que Argerich estuviera en Viena en los 50s rompió muchos paradigmas, abrió muchos espacios y empiezan a salir mujeres –estoy hablando desde el piano, que es lo que yo conozco, seguramente eso resonaba en otros instrumento–, luego empieza lo más comercial: las cantantes de rock, María Callas, empieza a figurar ese espacio de las mujeres para brillar en el escenario, se refleja en el cine de los 40, de los 50, donde ya hay más mujeres, hay artistas, hay actrices, pero también hay actrices que están haciendo personajes de mujeres que rompen paradigmas, de mujeres que son estrellas, que son famosas. Hollywood se vuelve espacio que da brillo escénico a la mujer. Eso nos ha permitido más participación…

¡minoritaria! Es un reto permitir que tengamos participación más numerosa.

E: ¿Qué se siente ser artista Yamaha?

AMO: ¡Se siente espectacular! Lo siento como un regalo de la vida, un privilegio. Es un reconocimiento a una labor, a un empuje, a mi vida, que lo recibo con muchísima gratitud, porque uno empuja sin esperar nada a cambio. Ha sido un privilegio artístico porque me ha abierto muchas oportunidades. Me siento muy especial porque es una marca muy importante y ha sido un referente internacional.

E: ¿Qué es Pianissimo, tu proyecto principal?

AMO: Pianissimo, legalmente, es una organización sin ánimos de lucro; filosóficamente, es una plataforma ambiciosa, que pretende principalmente transformar a la sociedad, enriquecerla, crear una cultura a través del piano como eje central.

Con esa mirada, Orduz explicó las metas de Pianissimo, que coinciden con sus misiones personales como educadora del instrumento:

➢ Diversas propuestas pedagógicas

AMO: …Agremiar profesores con miradas diversas, para que entre todos nos capacitemos, aprendamos, nos conozcamos, nos respetemos, que aprendemos que hay diferencia y la admiremos, eso es un reto en la docencia de la música clásica, porque tradicionalmente ha sido muy dogmática: “la escuela tiene que ser de esta forma”.

➢ Piano como materia para todos los niños

AMO: [Pianissimo] También pretende dinamizar la educación del piano y sacarla de la idea de que las personas que acceden a la música, es solamente en búsqueda de volverse músicos profesionales; es un paradigma que quiero cambiar, especialmente en Suramérica, porque quisiera que la música fuera una materia más, una experiencia más, un curso más. Uno nunca ve a los padres de un niño ir a un colegio a decir que no quiere que le enseñen matemáticas o literatura porque no quieren que el niño sea matemático o escritor, ¡nunca! pero uno todavía escucha padres que les da temor que sus hijos estudien piano, porque no quiere que sean pianistas.

➢ El piano para crecer como ser humano

AMO: La experiencia en el piano da muchas habilidades para la vida: sensibilidad, disciplina, resiliencia, capacidad de escuchar, capacidad de aceptar la diferencia, capacidad de salir de sus propios retos, hablar en público o comunicarse de maneras distintas en público, la capacidad de uno mismo de conocerse: cómo aprende, qué le queda fácil, qué le queda difícil, conocer su cuerpo; la cantidad de experiencias que uno adquiere al tocar piano es infinita… tocando cualquier instrumento también, obviamente; lo que pasa es que el piano es particularmente exigente, y pues es lo que yo hago… desde donde yo hago es desde donde yo apuesto.

➢ El piano no es sólo para los ricos

AMO: El otro paradigma que me gustaría cambiar es el de clase social. El piano en nuestro contexto Latinoamericano –aplica también para el asiático, para el norteamericano no tanto, pero en alguna época sí… y el europeo– era una forma de adornar a la clase alta. A la élite no le gusta que la clase media o baja escuche Chopin, porque es como que, de alguna manera, aquellos están al mismo nivel, y se ha alejado un poco la experiencia de la música clásica [a la mayoría de las personas], desde el quehacer musical al aprender un instrumento, como al escucharlo y disfrutarlo.

Uno de mis lemas es: a todo el mundo le gusta el piano, el repertorio para piano; y si no, es porque no lo conocen.

➢ Deben aprender los alumnos, sus papás y los maestros de música

AMO: El Festival Pianissimo, columna vertebral de la Fundación, que se celebra una vez al año, tiene todo: clases maestras donde se forman los estudiantes, los profesores estamos aprendiendo porque recibimos comentarios de un jurado, de otro. También estamos educando a los padres, que muchas veces están desinformados: una cosa es decidir un camino porque hay información, a decidirlo porque no hay información.

➢ Ser buen músico va más allá de tocar rápido

AMO: Obviamente, la ejecución de un instrumento tiene una necesidad como de deporte, ¡es un deporte de alto rendimiento!, que además requiere desarrollo artístico y desarrollo académico; de todas formas, la música –por prejuicios sociales– se ha quedado en que es solamente para aquellos que puedan llegar a un nivel muy alto de motricidad; pero eso no es cierto, no todos los músicos tienen que tocar específicamente esas obras que requieren un entrenamiento tan exigente, la música es diversa, amplia… ser un buen músico va más allá de tocar rápido, ser un buen músico requiere una capacidad de pensar y de sentir de una manera muy profunda, de comunicarse – muchas veces–, no está limitado a exigencias.

El Festival pretende dar su debida proporción a esas habilidades atléticas. Pianissimo es una experiencia para quien quiera crecer y sentirse mejor en eso que ama, con sus habilidades, con su medida, con sus fortalezas y con sus limitaciones.

➢ No sólo músicos, también compositores, investigadores y públicos

AMO: Pianissimo también es una plataforma para que los compositores se dinamicen, creen nuevo repertorio para piano; a aquellos que les gusta investigar y escribir también tienen foros y conferencias. Formar públicos también es un gran objetivo.

Además, tenemos 27 conciertos didácticos al año en diferentes lugares en Medellín y por fuera de la ciudad, permiten a los estudiantes tener “horas de vuelo”, el quehacer musical requiere esa habilidad de vuelo que es estar en el escenario.

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